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Tecnología

En línea, un México desigual

De acuerdo con el Estudio sobre los hábitos de los usuarios de internet en México, realizado en 2018 por la Asociación Mexicana de Internet, en el país 79.1 millones de personas de 6 años en adelante son usuarias de internet, lo que se traduce en una penetración del 67%. Esto es casi tres veces más que hace una década, cuando el total de internautas en el territorio era de 27.6 millones de personas. 

Cuando están en línea, hay una serie de actividades que los mexicanos suelen realizar con más frecuencia: acceder a redes sociales; enviar y recibir mails; enviar y recibir mensajes instantáneos; buscar información y consultar mapas. Actividades como comprar en línea, escuchar música y hacer trámites gubernamentales van ganando cada vez más terreno.

Según este estudio, los principales dispositivos para conectarse a internet son los teléfonos inteligentes, las computadoras portátiles, las computadoras de escritorio y las tabletas. De hecho, la tecnología más común de un hogar mexicano, después del televisor (92%), es el teléfono celular, el cual no puede faltar en 74% de los casos, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales de 2017. A través de dichos dispositivos los mexicanos pasan conectados diariamente un promedio de 8 horas con 12 minutos. 

Si bien, estos números dan cuenta del uso cotidiano del internet y las tecnologías de la información, el país no ha logrado superar la llamada brecha digital, es decir, la falta de acceso a las TIC y servicios de telecomunicación entre los sectores más desfavorecidos económica y socialmente. 

Un artículo sobre el tema, publicado por académicos de la Universidad Autónoma Metropolitana (AUM), explica que México se ubica en una situación de estancamiento en términos de acceso equitativo a la tecnología e internet, por lo que “sigue siendo un país que no ha logrado vincular su gran tamaño económico con su apropiación y el uso de las TIC por parte de la población”.

Parte de la raíz de esta brecha es la falta de aplicación de políticas públicas que garanticen el mejoramiento del acceso, uso e infraestructura de las telecomunicaciones. 

La estrategia neoliberal 

De acuerdo con información recopilada por el diario El Universal, México es el país con el sector de telecomunicaciones más concentrado del mundo. Esto sucede pese a la implementación de una reforma constitucional en la materia aplicada durante los primeros años de la administración del expresidente Enrique Peña Nieto. 

En el país América Móvil, cuyo propietario es el magnate Carlos Slim, es la compañía que tiene mayor participación contratada por el gobierno federal, con 45%; seguida de Televisa, con 23%; Axtel, con 16%; AT&T, con 12%, y Grupo Salinas y Microsoft con 2%, según reporta el portal especializado merca20.com, en un artículo publicado en 2018.

Durante los períodos presidenciales de Miguel de la Madrid (1982-1988) y de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) se inició de lleno la aplicación de la estrategia neoliberal que vendió y privatizó empresas paraestatales, entre ellas, Teléfonos de México (hoy Telmex), una compañía paraestatal que se había consolidado como monopolio del gobierno desde 1972. Slim la compró en 1990 con el compromiso de invertir en infraestructura y modernizar la red. A cambio, logró mantenerse durante varios años sin competidores en el sector, maniobra que intentó frenar la reforma de telecomunicaciones del 2014.

¿Regulación fracasada? 

Luego de un debate esencialmente técnico que dejó por fuera la discusión sobre qué tipo de modelo de comunicaciones quería la sociedad mexicana, fue creada una nueva Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, publicada en el Diario Oficial de la Federación el día 14 de Julio del 2014. Con ella el gobierno de Enrique Peña Nieto pretendía, según su discurso público, garantizar una efectiva competencia en estos sectores.

Tras casi cinco años de la entrada en vigor de la Ley, los operadores de telecomunicaciones en México admiten algunos avances, pero no han perdido la oportunidad de señalar las fallas en el sector que, esencialmente, ha fracasado en garantizar una competencia efectiva.

Durante la 39 Convención Nacional de la Industria Electrónica de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (Canieti), directores de AT&T, Axtel, Telefónica, Altán y Qualcomm, señalaron a Salma Jalife Villalón –quien luego se convertiría en Subsecretaria de Comunicaciones y Desarrollo Tecnológico–, que las limitantes tras la reforma continúan en lo referente a la inversión y falta de competencia frente a América Móvil como operador preponderante.

La reforma no sólo ha sido insuficiente para promover una competencia justa en los sectores de telecomunicaciones y radiodifusión, sino que también dejó de lado temas tan importantes como el derecho a la información y la libertad de expresión de los mexicanos. Así lo han expresado varios expertos en el tema, como la académica Tania Arroyo Ramírez, para quien el modelo de comunicaciones promovido en el país sobredimensiona el papel y la participación de empresas privadas. Esto ha llevado a invisibilizar otros sectores que podrían garantizar un verdadero desarrollo mediático, como por ejemplo, los medios públicos, alternativos y comunitarios.

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